La casualidad ha querido que haya elegido, para este estreno, una de las marcas más conocidas en España, no sólo por ser de las más vendidas sino también por su símbolo oficial, Gambrinus, un tipo gordito y jovial con ganas de pasárselo bien (inspirado en un legendario rey belga).
La imagen del rey gordito está grabada, con el nombre, en el cuerpo de la botella y el largo cuello de la misma lo aprovechan para pegar una elegante etiqueta negra con detalles en oro. El color marrón oscuro es el ideal, según los expertos, para mantener lo mejor su posible sus "grandes" cualidades. El marketing es el marketing y tratan de vendernos el producto primero por los ojos...pero nosotros somos perros viejos y esperaremos a degustar el contenido sin dejarnos impresionar por el continente.
Bien, al abrir la botella y servirla en un vaso el resultado ha sido una espuma abundante, de finas burbujas, y densa que cubría un líquido dorado, más oscuro y tostado que el que estilan sus compañeras de diario.
Tiene 6,4º, que están muy bien, ya sabéis como pienso, un poco de alcohol le da más prestancia a esta bebida y la aleja del tradicional estereotipo de "bebida refrescante"...no, la cerveza es, debe ser, algo más.
La cata en sí, me ha dejado un poco perplejo, la he encontrado un poco dulce (es decir, de más), con bastante cuerpo y sabor al principio pero que adolece de un puntito más de amargor. No ha mostrado una gran presencia en el paladar y al final se ha diluído rápido sin dejar en la boca mucho sabor.
Terminando; correcta, un poco justita. Eso de "Gran Reserva" lo veo más apropiado para los vinos. Su etiqueta pone "sabor intenso y cuerpo equilibrado fruto de un largo reposo en bodega"; no entiendo muy bien lo de "largo reposo en bodega", ¿cuánto de largo?, ¿en qué bodega?, ¿en botella o en barrica?....que no nos mareen con historias.
