Hoy toca "Staropramen"; como su propio nombre indica...nada, su nombre no me indica nada.
Y no es lo único que no me indica nada. Como la alemana Radeberger, ésta también es amarga, pero, al contrario que aquella, le falta algo de "vidilla", "chispa". Yo la he encontrado un poco sosa, le falta algo de fuerza.
Ni siquiera el sabor amargo perdura mucho (de la alemana todavía me acuerdo). Es suave, con buena espuma, de color cebada claro y te la puedes beber, casi, de un trago (algo impensable con una Estrella, por ejemplo). Por último, no es una cerveza para despistarte y no beber rápido, pierde muy rápido la "fuerza".
Con una basta. Espero con avidez la próxima checa, para poder comparar. Con estas cervezas no es lo mismo que con las americanas, los centroeuropeos son los padres de las cervezas modernas y tienen variedades para aburrir, es cuestión de probar (beber) y probar y probar y...y probaaah y probbaah y prooobbbaaaah....