Saltamos otra vez el charco y nos vamos a probar otra "americana". Ya sabemos a lo que nos exponemos, a cervezas suaves, frescas, con poca "chicha".
Entrando en la "cata"; tiene un primer trago muy bueno, por un momento he pensado que ésta sí, ésta era diferente...pero sólo ha sido un momento, sin embargo, es cierto que sí que me ha sorprendido, me ha gustado su fuerza y cuerpo, tiene bastante más que sus hermanas americanas más famosas (p.e. Coronitas...purita agua amarilla).
Después de ese primer encuentro, baja un poco su presencia y el sabor desaparece rápido de la boca, a los pocos segundos es como si no hubieras bebido nada...lo que no es malo del todo, puedes tomarte dos o tres más sin gran esfuerzo, je je je, no te llena. Se la recomiendo a los que no sean muy bebedores de cerveza, no les guste mucho el gusto amargo típico de estos brebajes y quiera tomarse no uno sino tres o cuatro tercios...por cierto, brebaje = bebida, y en especial la compuesta de ingredientes desagradables al paladar y en los buques, vino, cerveza o sidra que bebían los marineros (definición del RAE).