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30 oct 2011

Duvel


Esta cerveza ha estado esperando en mi frigorífico demasiado tiempo...ahora que la estoy degustando me arrepiento de haber tardado tanto en catarla, pero es que cuando tengo tanta graduación alcohólica entre mis manos tengo que esperar el momento oportuno, ya sabéis: un gran poder conlleva una gran responsabilidad (esta frase es de algún cómic de superherores, pero no recuerdo cual, ¿spiderman?, es posible).
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Son 8,5 % Alc./vol. los que me estoy pimplando y ya noto sus primeros efectos, no quiero hacer apología del alcohol pero estos primeros efectos son reconfortantes, muy apropiados para un viernes por la tarde-noche, después de una dura semana, mientras escuchas algunas de aquellas viejas canciones que te transportan a escenarios, episodios, experiencias pasadas...


Ya sé, además de advertiros sobre su contenido de alcohol he de deciros más cosas.

Primero, el envase; esta botella gordita y rechoncha con un color marrón oscuro es muy apropiada para su contenido, recordemos que ese color mantiene mejor lo que lleva dentro. Tiene un cristal también "gordo", es un poco retro, lo cual, parece ser, está de moda, aunque creo que es así desde antes de "estar de moda" lo retro.

Segundo, dejemos de lado la estética (que me ha gustado) y vamos a lo que nos importa. Me ha parecido una muy buena cerveza.

Al abrirla, la espuma ha subido rápidamente por el cuello de la botella y se ha escapado un "silbido" característico que hacía mucho tiempo que no oía (en mi vida diaria sólo abro botes de cerveza y es muy distinto). Servida en un vaso he podido apreciar su color amarillo pálido, un poco turbio, debajo de un par de dedos de una buena espuma.

Llegados a este punto, como podéis imaginar, me estaba relamiendo por la impaciencia de echarme el primer trago... ha cumplido mis expectativas. Tiene cuerpo, es incluso un poco densa (como algunas cervezas de trigo) con un sabor dulce (lo justo) al principio que desemboca en una maraña de matices a maltas, madera, lúpulos....pero muy equilibrados, que perduran y van poco a poco dejando un regustillo amargo que....¡"dulcea" al final!; muy buena. Al cabo de un minuto tienes la boca preparada para otro trago.

Es fuerte, no puede disimular sus "grados", pero se bebe fácil, creo que su método de maduración (de dos meses) además de darle mucha fuerza, dulcifica su sabor y la hace apta para paladares no acostumbrados a cervezas con carácter. Muy aconsejable, con moderación.