Mi segunda "kölsch", veremos cómo se porta.
Para empezar me he llenado un vaso tipo tubo, estrecho, de cristal fino...vamos lo típico!, su color como era de esperar es rubio claro, deja ver un líquido muy limpio, con una buena espuma, no parece tener un gran aroma.
Al primer sorbo no me ha parecido tan buena como su prima Frü. Mejor dicho, no es que no sea tan buena es que no me ha gustado tanto. Es como aquella, muy suave y.....y....y.....¿refrescante?, por dios! no se me ocurre mucho más. Deja un regustillo amargo muy leve, lejano. Paladeando algo más, encuentro un fondo de cereales que me están dejando la boca un poco pastosa....debe ser de tanto paladear.
No le encuentro mucho más que destacar, al ser tan "fácil" entra muy bien y llena poco, para los no muy cerveceros puede ser una cerveza de "iniciación", por supuesto infinitamente mejor que las famosas coronitas, bud....y similares, que son simplemente agua amarilla con unas cuantas burbujas (bebe muy rápido o tendrás que tirar el resto) que en una vida anterior quizás fueron cerveza.
Tampoco hay que rasgarse las vestiduras, no todas las cervezas te tienen que acercar al cielo. En su infinita variedad encuentras buenas cervezas, como ésta, que cumplen con su cometido sin más, son como un buen coche germano.
Lo mejor es beberla y disfrutarla, la botellita es de 1/2 litro, tiene 4,8º y os prometo que no voy a desaprovechar ni una gota.
Tengo que agradecer a Pedro Valdivia la cata de esta marca (Reissdorf) y de la próxima kölsch que probaré. Él ha vivido en Colonia gran parte de su vida y de allí han me ha traído estas dos preciosidades al ver que ya había probado la Frü. La "kölsch" es una variedad de las cervezas tipo "ale" pero original de Colonia, de hecho, legalmente, no se pueden elaborar fuera de esa región en ninguna otra parte del mundo.
