Si la comparamos con un toro, ha salido noble, pero le falta empuje. Apunta maneras, pero se desinfla un poco después de probarla. Tenía puestas muchas esperanzas en esta cerveza. La botella es preciosa, marrón muy oscuro, cierre "antiguo" tipo gaseosa, con una etiqueta a modo de sello por encima de la brida metálica. Muy bonita.
Al escanciarla en el vaso, su color es terroso, cobrizo, con una neblina que augura un buen trago. La espuma es muy generosa, casi dos dedos después de servir un buen vaso, de color tostado y densa, de la que se te queda en el bigote.