Cerveza artesanal murciana, 4,7% alc. vol., rubia.
Entra con bastante fuerza al primer envite, burbujeante, llenando la boca.
El líquido es de un bonito color dorado y al servirla muestra una espuma muy abundante, contagiada de dicho color, quedando con un discreto color amarillento.
Le encuentro aromas a madera seca. Deja un suave amargor en el paladar que no resiste más que un par de segundos a plena intensidad, desapareciendo muy pronto (para mi gusto).
No refresca, es más bien una cerveza para tomar a solas por el simple placer de su degustación pero no invita a repetir.
Es una pena que sus buenos principios se disipen rápido, como ya he dicho.
En la etiqueta indica que la temperatura óptima de consumo está entre 6 y 8 grados, a ver si sirve para que algunos tomen nota y abandonen la pésima costumbre de congelar la cerveza y encima servirla en un vaso helado.