Decía lo del susto por el color, para que os vayáis haciendo una idea de como es esta cerveza en un vaso.
No es que sea tostado, no, es marrón oscuro, rojizo, parduzco (no estoy hablando de toros). La espuma es también tirando a marrón, un beige subido.
En este caso, al contrario que su hermana Blonde, su sabor bastante dulce me ha seducido...no sé, será que al verla tan oscura me parece más apropiado que sea así. No la he encontrado tan pastosa y difícil de beber.
En el paladar las notas a madera dulce, caña de azúcar, pasas, incluso a chocolate, hacen que sea una cerveza para tomar, casi, como postre, o a media tarde. Con los grados que tiene (6,5º) el sopor de la siesta está asegurado.
Tiene fuerza en la entrada a la boca pero se diluye muy pronto, echo en falta un poco más de persistencia, el cosquilleo de las burbujas desaparece muy rápido.
No sé si abrirme otra...
